La implementación de tu producto es una tarea difícil. Asegúrate que has trabajado bien el diseño de la Experiencia viendo la entrada anterior.
Si has llegado hasta aquí es que estás interesado en desarrollar el producto digital perfecto. Que sepas que en esta página estoy tratando que dar un repaso a todos los aspectos que, como mínimo, te ayudarán a hacerlo. He hablado ya de funciones, de actores y de una parte del proceso, las que hacen referencia al descubrimiento de las ideas y a la definición de éstas en prototipos. Ahora toca hacerlo de construir el producto. Que sepáis que no me pararé aquí y que finalizaré el ciclo hasta la fase de lanzamiento.
Cómo crear el producto digital perfecto
Todo tu trabajo se puede ir al garete si no trabajas y preparas bien el modo de lanzamiento de tu producto. La próxima entrada habla de él en profundidad.
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Si has llegado hasta aquí es que estás interesado en desarrollar el producto digital perfecto. Que sepas que en esta página estoy tratando que dar un repaso a todos los aspectos que, como mínimo, te ayudarán a hacerlo. He hablado ya de funciones, de actores y de una parte del proceso, las que hacen referencia al descubrimiento de las ideas y a la definición de éstas en prototipos. Ahora toca hacerlo de construir el producto. Que sepáis que no me pararé aquí y que finalizaré el ciclo hasta la fase de lanzamiento.
El modo en el que entra ahora el PM se centra en cosas tan fundamentales como las metodologías ágiles, las métricas, el método de prueba y error o la iteratividad, entre muchas otras cosas esenciales. Tradicionalmente éste ha sido el modo en el que como compañía nos lo hemos jugado todo. Donde nos gastamos gran parte del dinero y donde pasamos gran parte del ciclo de nuestro producto, antes de salir al mercado. Es aquí donde tienes el mayor riesgo de cometer los pecados (enlace a post) que hacen que hasta el setenta por ciento de los proyectos de desarrollo digitales fracasen. El exceso de confianza, haber llegado hasta aquí sin los deberes hechos, lanzarte a construir sin haber medido mínimamente la respuesta que va a tener tu producto… son muchos errores los que puedes cometer. Es normal.
Por ese motivo, este modo está basado en la conexión sin costuras entre todo el trabajo que debes haber hecho antes y las metodologías ágiles. Una buena aplicación y liderazgo creativo por parte de la función de ingeniería es clave aquí. Las demás funciones intervendrán de una u otra forma, pero en este punto del camino el dominio de tecnologías y metodologías es fundamental. No quiero caer en el error de dar mayor peso a la función de ingeniería sobre las demás. Tan solo quiero remarcar que una parte del riesgo se concentra allí donde gastas más tiempo y dinero. Para minimizar ese error tenemos diversas posibilidades. Una es trocear el desarrollo en las mínimas piezas posibles para “controlar” el riesgo de forma más rápida, iterativa y manejable. Otra es tener todo controlado, lo que es casi imposible si quieres tener la flexibilidad y agilidad suficiente que te pide el mercado. Y quizás la más coherente es tener una función de ingeniería potente y completamente alineada con el resto de las funciones. Esa es la clave. Trabajar todos como una sola entidad por un mismo objetivo, de forma creativa y positiva para vencer lo más rápidamente los obstáculos que puedan aparecer en el camino. Y es allí donde el Diseño Computacional puede ofrecer la diferencia que puede hacerlo posible.
A grandes rasgos el proceso en este modo sigue el patrón clásico del desarrollo usando metodologías ágiles en el que inicialmente debes acoplar el prototipo obtenido en fases anteriores con tus equipos de desarrollo. A partir de ahí, los artefactos propios del Agile se ponen en marcha como la planificación de sprints, su ejecución y la validación del valor obtenido en cada iteración. En paralelo y de forma coordinada con el avance técnico, desarrollas los diferentes elementos de promoción y negocio identificados anteriormente. Ambos recursos deben ser testados de manera recursiva, hasta llegar al momento en que puedes plantear un piloto controlado. El resultado de este piloto te dará los argumentos suficientes para decidir si te metes en el modo de lanzamiento o, extrañamente, para darte cuenta de que la recepción que preveías no se va a cumplir.
La experiencia me ha de demostrado la enorme complejidad que existe a la hora de unir diseño y desarrollo en el mundo de las experiencias digitales. La transición entre lo que el diseñador tiene en mente y lo que entiende el desarrollador es muy crítico para garantizar un proceso ágil de desarrollo. Por ello la primera tarea que te propongo es la de revisión y análisis de los prototipos generados en la fase anterior y que te han permitido evaluar, dimensionar y validar la inversión para construir y lanzar el producto. Qué sepas que la función de ingeniería ha estado presente desde el comienzo. O al menos, así debería haber sido. Ellos en todo momento te habrán aconsejado sobre la complejidad o la factibilidad de usar una u otra tecnología. Te habrán sido honestos a la hora de asumir su falta de capacidad para asumir alguno de los casos que propones. Si ha sido así, esta tarea será mucho más fácil. Aquí se tratará de comenzar a revisar el backlog de tu producto para trocearlo e iniciar el desarrollo. Hasta aquí nada raro. Lo importante es que todo el equipo de desarrollo entienda perfectamente de una manera gráfica basada en tus prototipos donde queremos llegar. Como siempre el dialogo entre el PM, el product owner y el equipo será clave. Pero debes asegurarte que es el indicado, ni más ni menos. En este sentido, vuelvo a recomendarte que evalúes bien hasta que nivel de realismo quieres llevar tus prototipos. Un nivel muy elevado puede suponer coste y dinero que puedes ahorrar en esta tarea. ¿Lo mejor? Qué ambas funciones, UX e ingeniería, trabajen como una sola en esta tarea.
De nuevo hago un inciso para hacer foco en el concepto de Diseño Computacional. Esta nueva concepción del diseño está mucho más orientada a conseguir alcanzar las velocidades que la sociedad moderna demanda. Su planteamiento para conseguirlo es combinar las habilidades del diseñador y el desarrollador, es decir, un diseñador que lee código y es capaz de programar. O un desarrollador que aplica el Design Thinking y prototipa. La inclusión de este tipo de perfiles en esta parte del proceso puede solventarte muchos quebraderos de cabeza y engrasar un punto de fricción de alto riesgo para el éxito de tu producto.
Las siguientes tareas son propias de la metodología ágil. El desarrollo basado en sprints, la validación técnica y la validación del negocio de manera iterativa son cosas que debes aplicar en este punto del proceso si quieres llegar a alguna parte. Mis recomendaciones en este punto persiguen lo mismo que la tarea anterior, alinear al máximo los intereses del Product Manager con los de la función de Ingeniería. Todos somos conscientes de que con la agilidad se debe manejar muy bien la incertidumbre. Nunca sabrás a ciencia cierta cuando estarán las cosas terminadas o cuanto tiempo tardará el equipo en ir entregando valor. Con el tiempo conseguirás medir la velocidad de tus equipos pero nunca sabrás lo que costará llevar a la realidad los casos que tienes en mente. Lo dicho. La incertidumbre siempre estará presente en el proceso. Y es por eso que debes tener siempre muy presente durante este modo cual es el mínimo producto viable que quieres conseguir en todas las decisiones que tomes. Durante la fase de construcción es muy fácil ir absorbiendo cosas que no son indispensables para tu primera versión de producto. Pero la función de ingeniería te aconsejará incluir funciones que te ayudarán a automatizar tareas o a facilitar el desarrollo futuro de las nuevas funciones y versiones. Su obsesión será evitar un excesivo retrabajo. Mi consejo es que en este punto no debes caer en ese error. Céntrate en desarrollar la primera versión de producto, aunque no ésta no sea todo lo automatizada, modular, flexible o perfecta que debería ser. Si el producto no triunfa en el mercado ¿para que vas a dotarla de funcionalidades o capacidades que nunca usarás si no sigues desarrollándolo? Así, el mínimo producto viable que debes construir debe ser un mix perfecto entre cosas que te ayudarán a enganchar a tu cliente y cosas que te evitaran gastar mucho más dinero después si tienes éxito ¿Cuál es la mezcla perfecta? Eres tú el que debes encontrarla. Nadie dijo que fuera fácil.
Entiendo que cada vez eres más consciente del peso que cada una de las funciones tiene sobre la gestión de un producto digital de éxito. Ninguna es dominante. Porque todas deben estar alineadas con el mismo objetivo. Con todo, debo remarcar el papel determinante de la función de marketing en algunos puntos del proceso. Un aspecto que muchas veces pasa desapercibido o no recibe la importancia que debería, es la preparación de todos los recursos incluidos en el Plan de marketing que debe acompañar a tu producto, ya sean herramientas de marketing digital, páginas web, eCommerce, mailing y demás. A menudo estos recursos se preparan tarde y mal con una inversión insuficiente. Claro, todos tus recursos están obsesionados en el desarrollo del producto. Por eso la importancia de esta tarea de desarrollo del Plan de Marketing que dibujo en paralelo al desarrollo técnico. Ten en cuenta que el esfuerzo y la dedicación del PM pueden ser igualmente importantes en función de la innovación o la complejidad que se haya podido integrar en el Plan. El objetivo es disponer de un nivel similar tanto en el producto que se lanzará como en las herramientas que vas a poner a disposición de tus clientes para que te conozcan, para que puedas convencerlos, para que ejecuten la compra y para que sean los mejores embajadores de tu producto.
La mejor manera de saber si estas preparado para lanzar tu producto al mercado es hacer una prueba de concepto controlada. Esta tarea puede complementar perfectamente todas aquellas pruebas que puedas haber realizado hasta el momento. Si no has hecho suficiente para estar seguro, haz un piloto con usuarios. Para ello deberás tener muy claro lo que quieres medir y cómo lo vas a evaluar. Es importante aquí definir unos criterios de éxito claros y representativos. Debes tener cuidado con números engañosos que puedan hacerte tomar decisiones incorrectas. Me permito aquí hacer otro inciso para hacer un llamamiento a la acción muy claro: mide. Mide todo aquello que puedas durante todo el proceso, en todos y cada uno de los modos. Y para medir deberás escoger o generar nuevos indicadores que te ayuden a tomar decisiones sobre la base de la evidencia del dato. Dicho esto, remarco de nuevo la importancia de comprobar como se comporta una muestra suficientemente representativa de tus clientes potenciales ante tu producto y los estímulos de marketing que les tienes preparado. Existen ya muchas maneras conocidas de llevar a cabo estas pruebas previas al lanzamiento que no detallaré aquí ahora. Podéis encontrar bastante documentación y recursos en la red.
Llegados a este punto dispones de todo lo necesario para ir al mercado. Tienes un producto que puedes vender e información suficiente para mejorarlo o para darte por vencido y dejarlo en este punto. Me sorprendería mucho, pero todo es posible. A veces existen decisiones organizativas, culturales o tan solo de oportunidad que aconsejan posponer sine die o incluso cancelar el desarrollo de producto. Lo normal es que, tras el enorme esfuerzo de todos para conseguir algo deseable, factible y viable, tu producto pase al siguiente modo, el de lanzamiento. Este modo puede parecer más corte y menos importante. Para nada. Muchos productos fallan estrepitosamente a la hora de lanzarse. Si quieres conocer como evitarlo, lee la próxima de esta serie. Te espero.