Antes de meterte de lleno en el diseño de experiencias, el Product Manager ha de haber trabajado intensamente el descubrimiento y la selección de las mejores ideas. La entrada anterior te mostrará cómo hacerlo.
En el proceso ideal que debe llevarte a conseguir que una idea se convierta en un producto digital de éxito, el primer modo en el que tiene que trabajar el product manager es el de descubrimiento y defensa, que ya te he explicado en un video anterior. El siguiente, sobre el que hablaré ahora, es el modo de prototipado y testeo. Este modo va de Design Thinking, de prototipado rápido, del diseño de la experiencia centrado en el usuario, de conocer y adecuarse al mercado y de muchas otras cosas que trataré de explicarte lo más claro posible. A nivel de esfuerzo, éste está repartido principalmente entre la función de User Experience y la de product management a partes iguales, y en menor medida de las funciones de marketing y la de Ingeniería, ésta última más residual.
Cómo crear el producto digital perfecto
Si has pasado del punto crítico en el proceso de creación del producto digital perfecto, es hora de asegurar la implementación. Para ello, te aconsejo que sigas adelante y veas la siguiente entrada.
TRANSCRIPCIÓN DEL VIDEO
En el proceso ideal que debe llevarte a conseguir que una idea se convierta en un producto digital de éxito, el primer modo en el que tiene que trabajar el product manager es el de descubrimiento y defensa, que ya te he explicado en un video anterior. El siguiente, sobre el que hablaré ahora, es el modo de prototipado y testeo. Este modo va de Design Thinking, de prototipado rápido, del diseño de la experiencia centrado en el usuario, de conocer y adecuarse al mercado y de muchas otras cosas que trataré de explicarte lo más claro posible. A nivel de esfuerzo, éste está repartido principalmente entre la función de User Experience y la de product management a partes iguales, y en menor medida de las funciones de marketing y la de Ingeniería, ésta última más residual.
Este es el flujo detallado que te permitirá llevar las ideas al estado de prototipo preparado para comenzar a construir tu producto. Durante este modo se trabajará intensamente alrededor del usuario, identificándolo, entendiéndole y preguntándole de manera intensiva, para poder diseñar los elementos internos del producto y conocer bien sus elementos externos. En paralelo se identificarán y diseñarán los diferentes subprocesos y elementos de promoción y lanzamiento del producto. A partir de lo aprendido, se definirá el producto y se construirá el prototipo considerando nuevamente las tres patas de tu producto: su deseabilidad, su factibilidad y su viabilidad. Eso te debe llevar hasta el usuario y el mercado en busca de retroalimentación, para poder iterar cuantas veces sean necesarias hasta obtener algo valioso con lo que el Product Manager se sienta cómodo. A partir de este punto, debes abordar la revisión en profundidad del caso de negocio que sustente a tu producto en la presentación ante el consejo de producto. Éste, cómo ya he comentado anteriormente en otras entradas, es el momento clave del proceso. Es el momento en el que se decide si la construcción y lanzamiento de este tiene altas posibilidades de resultar un éxito, nuestro objetivo desde el principio.
El trabajo en este modo se inicia con el análisis de roles y personas. Esta tarea es la más cercana a la fase de empatía del Design Thinking. Aquí profundizas en las tareas de investigación que en el modo anterior ya deberás haber trabajado mínimamente, y comprobarás los supuestos sobre tu público objetivo. Hablo de trabajar el mapeo de personas, de la confección de mapas de empatía y de la identificación de los User jouneys de tus usuarios potenciales. En este punto puedes aprovechar muchas herramientas y dinámicas del Design Thinking. La función de product management llevará aquí la voz cantante tomando las decisiones oportunas según las recomendaciones y el trabajo de la función de User Experience.
Una vez tienes claro para quien y para qué quieres hacer tu producto, es momento de iniciar la tarea de diseño de interacción y visual. Entras aquí en la tarea de refinado de los supuestos y los insights que habrás recogido hasta el momento tomando decisiones tangibles que puedan tocarse. Este trabajo de definición de lo que realmente vas a proponerle al usuario, debe ser rápido, ágil y basado en materiales gráficos. Partiendo desde la más absoluta creatividad, debes llegar a un nivel de concreción que te permita explicar cómo vas a solventar técnicamente los diferentes casos de uso que conformaran tu producto. Sobre esta fase, muy cercana a las fases de diseño e ideación del Design Thinking, hay mucha literatura por lo que no me voy a extender mucho aquí sobre cuales son los métodos, herramientas o mecanismos que aplicar. Éste es trabajo de la función de User Experience mayormente con la ayuda constante del Product Manager, el cual debe conferir velocidad mediante una toma de decisiones ágil.
En paralelo con la anterior, toca ahora definir el plan de marketing asociado a tu producto a partir de la definición progresiva de los casos que hayas ido trabajando. Hablo aquí de identificar y planificar todos los recursos, acciones, campañas y demás artificios que deberán acompañar a tu producto. Es muy importante en este punto que el Product Manager haga de nexo entre las dos tareas en paralelo ya que una definición poco realista de casos o acciones, puede provocar que el triangulo deseabilidad-factibilidad-viabilidad de tu producto se descompense y se haga imposible de cumplir. Pero por otro lado, se debe ponderar bien los beneficios de orientar el producto convenientemente hacía el mercado y priorizar aquellos casos que pueden hacer vencer más fácilmente las fases iniciales de despegue y superación del “abismo”. Esto es, hacer antes ciertas funcionalidades puede suponer una mayor aceptación inicial del mercado, lo que te permitirá capturar valor rápido y reinvertirlo en lo que cómo Product Managers crees que va a hacer diferencial a tu producto.
Todo este trabajo debe converger en la tarea de construcción de un prototipo lo más fiel a tu idea de producto final. Un prototipo de “alta fidelidad”. Cuanto más lejos llegues, mejor para tus desarrolladores ya que tendrán gran parte de la interfaz de Usuario diseñada. Pero eso significa mayor inversión en esta fase del producto. Idealmente, deberías trabajar con herramientas que cómo diseñador computacional te permita crear prototipos funcionales que pudieran representar las maquetas HTML que acabaran usando tus desarrolladores. Así, buscar el punto medio adecuado entre dejar mucho margen a la imaginación de los usuarios o mostrarles más fielmente tu propósito, es clave para el éxito final.
Si preguntas a cualquier Product Manager por cuales son las principales razones de fracaso a la hora de diseñar y lanzar un producto a mercado, probablemente la primera que te dirá es hacerlo a ciegas sin suficiente información sobre tu cliente y el mercado. Para ello es importante estar constantemente preguntando al usuario. Pero cuidado. Si preguntas muy abiertamente, los usuarios tienden a decir lo que quieres oír. Para ello debes llevar algo siempre contigo. Algo que te permita conseguir respuestas claras y concisas. Lo mejor para ello es poder ir mostrando, desde el inicio, tu idea de producto en cualquier forma tangible que se te ocurra, mayormente un prototipo. Durante todo el proceso siempre es momento de obtener esa información. Debe ser una obsesión controlada del Product Manager y una de sus principales metas. Si no lo haces, seguro que fracasas. Es por eso que pongo el foco en conseguir ese feedback este punto del proceso. Es lo mínimo que deberías hacer. Habrías de focalizarte en testear tu idea por los medios que sean más eficaces. Hay muchos: entrevistas, encuestas u otros. Por lo pronto, te aconsejo que separes esfuerzos para testear diferente los diferentes aspectos que quieres medir. No es lo mismo preguntar sobre si el producto les parece fácil de usar que hacerlo sobre si les parece útil o adecuado a sus necesidades. Cada cosa puede hacerte tomar decisiones diferentes para pivotar e iterar el diseño de tu producto hacia una dirección u otra. El testeado del producto, cómo puedes comprobar en la barra de esfuerzo y responsabilidad, es una tarea constante de equipo. Todos participan con dedicaciones interesantes para que el Product Manager consiga cuanto antes esa información tan valiosa.
Después de todo ese trabajo, es hora de concretar los principios de tu producto. En esta tarea el peso de la función de Product Management es mucho mayor que las otras. Es momento de tomar muchas decisiones sobre lo que va a hacer y necesita tu producto, a corto, medio y largo plazo. Es hora de concretar roadmaps, versiones y backlogs que llevarán implícitas cuantificaciones de esfuerzo y otros costes no relacionados con el desarrollo. Es el momento en que el caso de negocio que habías trabajado en el modo anterior se completa con rigor a partir de todo lo trabajado en las tareas anteriores. Existen diversas técnicas muy cercanas a las metodologías ágiles que te ayudarán bastante a realizar estas estimaciones. Porque, asúmelo, vas a tener que trabajar con mucha incertidumbre respecto a plazos y necesidades de inversión. Por ello es importante realizar un ejercicio honesto, no un ejercicio perfecto. Eso es imposible. Incluso conociendo muy bien las capacidades de tu equipo de desarrollo, es imposible poder realizar estimaciones realistas con el nivel de certeza que puedes haber conseguido en este punto del proceso. Sabes que quieres crear casos de uso de los que puedes llegar a estimar su complejidad. Pero hay demasiados parámetros que controlar y que pueden hacer que tu producto no se desarrolle como prevés. Por eso, muchos expertos recomiendan tratar de hacer versiones cortas y ágiles de las que puedas medir el retorno y tomar las decisiones adecuadas para orientar el producto rápido en la mejor dirección.
De esta manera, dependiendo de cómo hayas dibujado los principios u “hoja” de ruta de tu producto y el caso de negocio que lo sustenta, el consejo de producto va a permitir invertir dinero en materializarlo y prepararlo para su comercialización. Éste, como ya he dicho, es el momento crítico. Un no significa que deberás o bien congelar la idea de producto hasta que el viento sople a tu favor o bien descartar completamente la idea. Un si te permite seguir adelante hacia el modo de implementación donde, gracias al nivel de detalle que habrás conseguido con tus prototipos, podrás iniciar su construcción. Importante. Ese nivel de detalle deberá ser suficiente para la primera versión del producto, lo que te obligará en este punto a trabajar para que la segunda versión esté preparada en tiempo en caso de que los números te acompañen.
Llega el modo de implementación de tu idea, una fase crítica en la que corres un alto riesgo de no poder materializarla en un producto preparado para vender. Muchas iniciativas fallan aquí. ¿Quieres saber cómo superarla? Te invito pues a ver el próximo video sobre el proceso que te permitirá crear el producto digital perfecto, o al menos intentarlo.