La revolución tecnológica de hoy que está cambiando tu mañana
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28 octubre, 2018LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL "DÉBIL"
En las anteriores entradas de esta serie he hablado de velocidades. De velocidades muy rápidas ¿Os acordáis cuando se comenzó a escuchar el término Inteligencia Artificial? Seguramente vosotros, como la gran mayoría, lo hicisteis en las películas ya que son bastantes las que tratan el tema con menor o mayor acierto.
Pues de nuevo, lo que veíamos en las películas años atrás se está convirtiendo en realidad gracias al esfuerzo de muchas corporaciones, organizaciones o estados.
Hoy hablamos de la IA estrecha o, cómo mola más decirlo, de la débil. De manera simple os diré que esta inteligencia se basa en que las máquinas, mediante diferentes técnicas para aprender, son capaces de resolver diferentes problemas aislados de manera autónoma. La Inteligencia Artificial débil se ha metido de manera silenciosa y natural en nuestras vidas, casi sin querer. Me estoy refiriendo a aquella que la gran mayoría de vosotros ya tenéis disponible en vuestro bolsillo y que llamáis Siri, Alexa, Cortana o Google.
Hoy en día podemos automatizar tareas repetitivas de manera sencilla usando algoritmos deterministas, es decir, funciones en las que a partir de los parámetros de entrada y las salidas esperadas modelizamos la realidad. Combinad eso con la robótica y obtendremos asistentes virtuales o chatbots que ya nos atienden en los centros de atención al cliente de muchas compañías aéreas, o que les hacen el papeleo administrativo a las empresas mil veces más rápido que el señor con manguitos de la oficina gris de los años setenta.
También podemos procesar y analizar eventos mucho más rápido que antes para detectar anomalías, patrones o cosas extrañas. Eso es muy útil para identificar quién está cometiendo un fraude o avisarnos cuando algo no se comporta como nosotros queremos. Si esto no existiera vuestra bandeja de correo estaría hasta los topes de basura.
La IA está avanzado muchísimo también en la gestión predictiva del conocimiento ¿Qué es eso? Pues simple y llanamente el poder conocer las respuestas más probables de los usuarios a nuestras preguntas.
Si señores, esto es predecir vuestro comportamiento. De esta manera compañías como Google, Facebook o similares pueden o bien ajustar sus algoritmos según nuestras reacciones de antemano o bien ir ajustando sobre la marcha para llevarte hasta el punto deseado. Espero que ahora entendáis porque es tan importante para estas compañías disponer de tus datos.
Las máquinas también han aprendido a hablar. Bueno, han aprendido a procesar el lenguaje natural lo que significa que pueden entendernos cuando hablamos, pueden traducirnos en tiempo real y son capaces de transcribirlo para usarlo como entrada en cualquiera de los algoritmos de Inteligencia Artificial que os estoy mostrando. Ya no es cuestión solo de lo escribimos en un teclado sino de lo que decimos, fotografiamos o grabamos.
Uno de los aspectos más punteros y fascinantes de la Inteligencia Artificial es el Deep Learning. Esta disciplina de la IA se basa en dejar que una máquina aprenda ella sola sin que tengas que supervisarla. Principalmente se basa en darle un montón de datos diversos ya sean en texto, imagen, voz, video o lo que se te ocurra y pedirle que encuentre asociaciones o patrones entre ellos que tú después ya iras revisando.
De esa manera las máquinas pueden hacer cosas tan alucinantes como la visión computerizada. Esta capacidad permite reconocer lo que pasa en una película identificando todos los elementos que salen en tiempo real, describir con voz natural lo que está pasando en videos e imágenes o conocer si eres un terrorista en potencia a partir de la transcripción a texto de tus llamadas, la descripción de tus fotos de Instagram, tus tweets o cualquier otra cosa que se te ocurra colgar en las redes sociales.
Por si eso no fuera poco ya, las técnicas de aprendizaje de máquina supervisado se han volcado en la predicción, la optimización y el cálculo de posibilidades. En este sentido, no os sorprenderá que os diga que grandes compañías como Amazon aplican esta inteligencia para hacer recomendaciones a las personas en función de sus acciones pasadas (libros, series, regalos para tu pareja, tiendas…) o que otros lo hacen para conocer la probabilidad futura de éxito de una canción, un libro o guion de película teniendo en cuenta los gustos de la gente.
Esto esta pasando ya. Estamos asistiendo a la materialización progresiva de todo aquello que encontrábamos en los comics de ciencia ficción de 1985 o en los libros de Julio Verne. Aquellos que leía sorbiendo la Mirinda en la plaza del pueblo.
Cada vez nos quedan menos cosas por ver a los que como yo peinamos canas. Y esas pocas cosas ya están en el punto de mira como las fabricas inteligentes, los robots médicos que operan a distancia, los coches-drones voladores y de algo que a mi me flipa especialmente: una nueva interacción hombre-máquina capaz de mejorarnos en los próximos años en forma de gafas o implantes al más puro estilo ciborg.
Ahora ya conocéis donde nos está llevando una Inteligencia Artificial tan débil que es capaz de ganarnos a los juegos de inteligencia o destreza más difíciles del planeta. Pues si está es débil, esperar a saber cuál es la fuerte.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL "FUERTE"
Dicen los expertos que la Inteligencia Artificial General o fuerte alcanzará el nivel humano, pero que tan solo por estar albergada en una máquina será más rápida, más escalable y de mayor calidad ¿Cuan lejos estamos de conseguir ese nivel de inteligencia? Pues de nuevo los más sesudos expertos coinciden en afirmar que lo primero será conseguir ordenadores capaces de hacer el mismo número de cálculos por segundo que el cerebro humano. De hecho, ya existen esos ordenadores pero son enormes y carísimos.
Según las leyes, tasas y parámetros de velocidad de progreso y exponencialidad que os detallaba rato atrás, es más que probable que hacía el 2025 se consiga disponer de dispositivos con esa capacidad por 1.000 dólares más o menos. Será entonces cuestión de tiempo que, usando alguna de las diferentes técnicas que ya están estudiándose, se consiga encerrar en un ordenador a una inteligencia capaz de pensar y de entender las cosas “sin pensar” tal como lo haría nuestro cerebro, ligando movimiento, percepción y otros aspectos propiamente humanos.
Nunca es fácil predecir estas cosas y menos entre expertos.
Con todo y después de mucho debate para saber cuando es más probable que se alcance ese nivel de inteligencia en las máquinas, la respuesta más plausible fue en el año 2039.
Es decir, los científicos que están liderando el desarrollo de la IA débil con un nivel de actividad e inversión sin precedentes y los más entendidos en la materia predicen que en los próximos 30 años (he dejado un margen de error suficiente) habremos obtenido la capacidad de crear un cerebro computacional idéntico al nuestro con una inteligencia artificial que nos hará dejar de ser los más listos del planeta.
No se a vosotros, pero a mi me deja un poco preocupado.
Nota: Fijaros que en ningún momento estoy hablando de consciencia, sentimientos ni nada por el estilo. No me quiero meter en ese debate que es realmente apasionante ¿Quién influye en la nueva consciencia de las máquinas? ¿Por qué la inteligencia artificial tiene que ser antropomórfica, es decir, similar a la humana?
Interesante, pero no me meteré en ese jardín por ahora.